ANECDOTAS TANGUERAS


PICHICHA UN TANGO DE CULTO A UN GRAN MAESTRO

 

        Aquella memorable anécdota se remonta al encuentro con el maestro Domingo Federico (1916 - 2000), a quien llevé a disertar en Rotary, él con su bandoneón y yo al piano. Después de acompañarlo de regreso a su hogar en Provincias Unidas y Córdoba, al pasar por el Hospital Centenario, surgió la nostalgia. "Yo vivía en Suipacha y Urquiza", me confesó. Mi respuesta resonó con algo de melancolía, pero eufórico le contesté "Fuimos vecinos, yo viví en Catamarca y Francia".

 

        Fue en ese preciso momento cuando el maestro Federico sugirió la idea que daría vida al Tango "Pichincha"… Nos separamos, tiempo despues me trasladé a vivir a Riccheri 56 bis, donde alguna vez floreció el peringundin El Aviador. En esa misma manzana, a escasos 30 metros del Teatro Casino y a tan solo 100 metros del Motel Ideal, plasmé en notas y letras la esencia de aquel barrio que nos unió.

 

 

        Así, enriquecí el tango dedicándoselo a él, al Gran Maestro Domingo Federico… un recuerdo nostálgico impregnado de notas y calles que resonarán eternamente en nuestra memoria.

 

Maestro Miguel Milano

 

P I C H I N C H A

 

Despierta Pichincha, revive Rosario,

barrio de malevos, cabaret, champán,

sus piringundines, Rita La Salvaje

y el Gran Negro Olmedo te recordarán.

 

Revive Pichincha, despierta Rosario,

que con sus orquestas trascendiste la ciudad,

con tus bellas chicas entregando su cariño,

y una madama gorda esperando pa cobrar.

 

El Ideal, aún se quedó a esperar,

algún cliente que aún busca compañía,

y El Telarañas, y el Flaco Ríos,

tecleando un tango en su bandoneón.

 

Con José Salas, Mendocita y Federico,

Rosario Norte, Sunchales, Madame Safó,

y los dos Chera y tantos nombres que no alcanzan

para rendir homenaje al gran barrio.

 

Renace Pichincha, revive Rosario

El Paisano Díaz a muchos achuró

Fue un bravo malevo, tuvo muchas minas

Pero una vaina al otro lao lo llevó

 

Revive Pichincha, renace Rosario

El Teatro Casino que con Dringue fascinó

A los sibaritas, pituquitos petiteros

Que en las noches rosarinas

Presenciaron la función.

 

Carlos Serrano inmortalizó

A Raquel Liberman quien todo denunció

Y fue durmiendo, el barrio humilde

Que a Rosario representó.

Ahora Mignosi vive allí junto a estudiantes

Y Taparelli un mercado imaginó,

Yo no te olvido porque habité tus calles

Volvé Pichincha, porque te espera tu gran ciudad.

 

                            Letra y música: Dr. Miguel Angel

                            Dedicado al Mtro. Domingo Federico

 

                            Rosario, agosto de 1995.-

 

 

APOSTILLA HISTÓRICA: AL GRAN MAESTRO DOMINGO FEDERICO

 

En 1957 se radicó en la ciudad de Rosario, desde donde desarrolló una amplia actividad musical y de enseñanza. En 1973 recibió el Martin Fierro por el Mejor programa de TV del interior. En 1988 el Gran Premio Musical de SADAIC. La cátedra de bandoneón, fue creada por Federico en la Universidad Nacional de Rosario. Uno de sus alumnos fue el destacadísimo músico bandoneonista rosarino, Carlos Quilici. En 1989 fue designado Socio Honorario del Rotary Club Oeste. Desde 1990 integró el Cuadro de Honor de la Academia Nacional del Tango. El Premio San José de Plata, le fue otorgado en el año 1990. En 1991 fue nombrado Ciudadano Ilustre de Rosario. Creó la Orquesta Juvenil del Tango de la Universidad de Rosario, con la que se presentó en 1997 en el Teatro San Martin de Buenos Aires y realizó giras por diferentes ciudades del interior de la Argentina y en el Sheraton. Llevó, en 1999 a la Orquesta Juvenil de la UNR a Europa, recorriendo Alemania, Holanda y Suiza, integrado un grupo tanguero demás cantantes y bailarines. Admiraba a Ástor Piazzolla a quien consideraba un gran melodista. Recibió el premio “El monumento de Cristal”. Domingo Federico falleció el 7 de abril del 2000.

 

 

FUENTE: Charlas con el escritor Héctor Nicolás Zinni, contenidas en su libro “Decires y cantares del Tango” (1997)


9 DE JULIO DE 1910     Se registra el tango “9 de julio”. Es un tango que fue estrenado en 1916, cuya música fue compuesta por el tucumano José Luis Padula y su título hace referencia a la Declaración de la Independencia de las Provincias Unidas del Río de la Plata formulada en ese día de 1816.

   

   Padula afirmaba que era su primer tango y lo había compuesto en 1908 cuando tenía 15 años, en tanto algunos autores dicen que fue escrito en 1916 o bien que era anterior y Padula lo estuvo ejecutando con otro título pero que al publicarlo por primera vez en 1916 le puso el nombre “9 de Julio”, para aprovechar que se celebraba el centenario de la declaración de la independencia formulada en su provincia natal. Posteriormente se le adosaron varias letras, incluso algunas sin vinculación con esa fecha, de las cuales la más conocida pertenece a Lito Bayardo.

 

La primera edición en papel fue hecha por el editor Primitivo Sosa, de Rosario mediando un convenio con Padula, pero antes de su vencimiento el autor también autorizó a publicarlo a Alfredo Perrotti; esto derivó en un pleito que finalizó en 1929 con un acuerdo en el cual este último se quedó con los derechos. Paralelamente la editorial Salabert, de París, empezó a publicar el tango, al parecer con autorización de Padula, provocando el reclamo de Perrotti, cuyos derechos abarcaban también el exterior del país, pero no consiguió que la Sociedad Francesa de Autores, Compositores y Editores se los reconociera.

 

Acota Eulolio Roncallo “… la música del Tango “9 de Julio” lo escribió en el “Teatro Variete Casino” de Rosario, instalado en la calle Jujuy esquina Pichincha, pues Padula, su autor no sabía escribir música, la armonía de esa pieza pertenece a mi padre -José Luis Roncallo (5 octubre 1875 - 11 junio 1954)-  quien con su preciosa alma de tanguero le cobro a Padula el papel que empleo para escribir la música: $2 (dos pesos moneda nacional)”.

 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/9_de_Julio_(tango)

http://www.todotango.com/creadores/ficha/1050/Jose-Luis-Roncallo

Vida Nostálgica de lo que fue. Por Héctor Nicolás Zinni. Ediciones del Viejo Almacén 1997. Pág. 8 


10 DE DICIEMBRE DE 1915     Antes de finalizar el año, en la noche del 10 al 11 de diciembre de ese año, Carlos Gardel “El Zorsal Criollo”, recibió un balazo en un confuso episodio. El hecho sucedió durante un altercado en la calle luego de celebrar su cumpleaños en el Palais de Glace (salón de baile de la época en el barrio de la Recoleta), cuando estaba acompañado por los actores Elías Alippi y Carlos Morganti. Para entonces Gardel ya era conocido y el hecho apareció en la crónica policial de los diarios La Prensa y La Razón («Agresión a Gardel»), donde se señaló que los agresores fueron un tal Roberto Guevara -el autor del disparo- y Moreno Gallegos Serna, probables matones del bajo mundo, este último mencionado por Eduardo Arolas al dedicarle su tango «Suipacha». Las causas y sucesos posteriores a la agresión permanecen confusos. Su amigo Edmundo Guibourg relata que luego del ataque, Gardel fue a Tacuarembó para recuperarse, donde se encontró con el hermano menor del caudillo Traverso, «Cielito Traverso», escondido allí por haber asesinado a un hombre en el cabaré Armenonville. También se ha difundido la información falsa de que el matón Roberto Guevara era en realidad Roberto Guevara Lynch, tío del todavía no nacido Che Guevara y miembro de una rica familia porteña. Finalmente, al morir Gardel la bala aparecería en su autopsia, dando pie también a hipótesis sobre un enfrentamiento armado en el avión que habría causado el accidente que le costó la vida.

 

 

Fuente: https://es.wikipedia.org/wiki/Gardel-Razzano


19 y 20 DE FEBRERO DE 1917     Los bailes de carnaval de 1917 efectuados en el Teatro Colón de Rosario (1904-1955), -calle Urquiza y Corriente- reunieron a las orquestas de Roberto Firpo y Francisco Canaro en un solo conjunto de integración gigantesca para la época.

 

          Entre sus componentes, además de ambos directores, se contaban: Osvaldo Fresedo, Tito Rocca-tagliata, Agesislao Ferrazano, Cayetano Puglisi, José Martínez, Leopoldo Thompson, Juan Carlos Bazán, Alejandro Michetti, Pedro Polito, Juan Bautista Deambroggio ("Bachicha") y Alejandro Scotti.

 

              Este conjunto constituyó el primer antecedente de las futuras grandes orquestas típicas, que en años posteriores se formarían para animar los bailes carnavalescos de las más importantes salas teatrales de Buenos Aires, y que en algunos casos llegaron a integrarse hasta con ochenta ejecutantes precedidos por una espectacular fila de bandoneones.

 

               En 1916, “Canaro” se presentó por primera vez en Rosario con un quinteto formado por el propio "Pirincho" en violín, el pianista José Martínez, el bandoneonista Pedro Polito; Rafael Rinaldi como segundo violín y Leopoldo Thompson en contrabajo. El público rosarino les da su espaldarazo como antes lo ha hecho con Juan Maglio Pacho, quien en retribución ha compuesto una zama - cueca titulada “La Rosarina”.

 

 

Fuente: El Rosario de Satanás. Por Hector Nicolás Zinni. Tomo I Editorial Fundación Ross. Pág 94


6 DE ENERO DE 1956     Debuta en “Castel Rojo” en Rosario (SF), la orquesta típica “Carlos Yanel con el acompañamiento de Torres-Agri”. Durante febrero y marzo de ese mismo año realizan audiciones radiales por LT2, luego en abril, Yanel es convocado por radio Belgrano. Así mismo ese año comienza a funcionar el sello grabador Trio el primero con actividad comercial estable en la ciudad, bajo la dirección artística de Martín Darré. En todas las grabaciones, Antonio P. Agri es el 1er. Violín de la orquesta.

 

  

Fuente: El Tango en Rosario orígenes y desarrollo de la Orquesta Típica Rosarina. Lautaro Kaller.UNR Editora. Pag 29 a 45 


Alberto Donaire

“el Cachafaz Rosarino”

 

Un día, en un pueblo de los tantos que jalonaron el paso de los trashumantes vendedores de ilusiones, se presentaba un pequeño espectáculo de varieté. Una "rascada" sin mayores pretensiones había reunido a algunos artistas famélicos como la paga que debían percibir. El club patrocinante no las tenía todas consigo y otro similar, instalado a una cuadra, arrastraba a la muchachada pueblerina al son de una orquesta venida no se de dónde.

 

Los artistas que habían organizado el varieté se desesperaban, el tesorero del club miraba al presidente y, entre los dos, las sillas vacías. De pronto, la idea salvadora: "¡Bailate un tango, Donaire!". "El Cachafaz Rosarino", pura prestancia, puro señorío, puro corazón de pueblo, contestó con una sonrisa: "¿Para que me miren ustedes, nomás?". "¡No, aquí no! ¡En la calle!". Ahora era Donaire el que miraba al presidente del club, al tesorero y al de la idea. Respiró hondo, tomó a su compañera de la mano y dijo: "¡Vamos!".

 

En la calle de tierra, frente al club, hicimos rueda. Con los parlantes a pleno, Donaire empezó a dibujar arabescos sobre el suelo recién regado. Vinieron curiosos. Después, muchos más. Los aplausos esporádicos convertíanse en tremendas ovaciones al final de cada pieza. Una y otra vez debió repetir los tangos que, desde las puertas del club, atronaban el tranquilo pueblo, en franca competencia con la orquesta venida no se de dónde, cuyos armónicos compases sonaban cada vez más lejanos.

 

Al rato, todo el mundo se encontraba dentro del salón que habíamos dejado vacío y que ahora estaba casi repleto, con gran regocijo de la Comisión Directiva y, por supuesto, de la troupe, que veía así salvada la noche por las milagrosas piernas de Donaire y su compañera. Al terminar la función, "El Cachafaz Rosarino" reconvino muy seriamente al que hacía las veces de empresario: "A ver si la próxima vez hace poner tablones en la calle, porque entre la tierra mojada y los tangos que nos hicieron bailar casi perdemos los charoles!".

 

 

Fuente: http://tangodemiarrabal.blogspot.com/2010/06/el-cachafaz-rosarino.html


EL HIMNO DE TODOS LOS TANGOS 100 AÑOS DE

“LA CUMPARSITA”

Es uruguayo y lo compuso el estudiante universitario Gerardo Matos Rodríguez como marchita para una comparsa del carnaval de Montevideo. Hoy es el himno popular y cultural del país oriental.

 

El himno de todos los tangos: 100 años de “La cumparsita”La Ley N° 16.905, declara a “La cumparsita” como “Himno Cultural y Popular de la República Oriental del Uruguay”.

 

Ni siquiera sabía escribir música el joven Gerardo Matos Rodríguez cuando le silbaba a su hermana la composición que serviría de marcha para la comparsa estudiantil que iba a ser parte del carnaval de Montevideo de 1917.

 

Gerardo tenía por entonces 20 años, estudiaba arquitectura y, aunque era un consumado pianista y ocasional compositor, todo lo hacía como bien se dice “de oído”.

 

Aquella marcha, que según muchos fue bautizada por un mozo amigo con una deformación de la palabra italiana “comparsa” (allí viene “la cumparsita de los estudiantes”, decía), fue todo un éxito durante esos carnavales, al punto que el consagrado maestro argentino Roberto Firpo decidió meterle mano y convertirla en un tango, que estrenó con su orquesta típica el 19 de abril de 1917 en el famoso café La Giralda, de Montevideo.

 

Entre el público de esa noche había un representante de la famosa editorial de música Breyer Hnos. quien, después de algunos tiras y aflojes en cuanto a la autoría del tango -Firpo exigía la firma conjunta pero Matos se oponía- terminó pagándole a este último una muy buena suma por los derechos de grabación. Suma que el joven bohemio terminó perdiendo en otra de sus pasiones: las carreras de caballos. Y se quedó sin plata y sin tango.

 

La letra

Hasta 1924, “La cumparsita” se escuchaba poco, las orquestas no la ejecutaban por su carencia de letra y el auge era el tango-canción, cuyo máximo exponente era Carlos Gardel.

 

 “La cumparsita” es el peor de todos los tangos... lo más espantosamente pobre del mundo...".  Astor Piazzolla

 

Pero entonces sucedió que, sin la autorización de su autor, los escritores Pascual Contursi y Enrique Pedro Maroni le crearon versos y la rebautizaron “Si supieras” para usarla en un sainete que estaban a punto de estrenar en un teatro argentino.

 

Allí empezó la furia de Matos Rodríguez, que encaró la batalla en dos frentes: una para deshacer la venta de derechos a Breyer Hnos. y la otra para prohibir la letra de Contursi y Maroni.

 

En el medio de este largo litigio que derivó en juicio y duró hasta la muerte de Matos Rodríguez en 1948, “La cumparsita” fue grabada por Gardel (con la letra de Contursi/Maroni), por el tenor italiano Tito Schipa (letra del propio Matos Rodríguez creada en 1926) y por varios más que iban y venían de una letra a la otra.

 

Pero aunque el juicio le dio la razón póstuma a Matos, el triunfo fue para Contursi/Maroni, cuya letra no sólo es muy superior sino que trascendió holgadamente el tiempo y es la que se escucha hasta el día de hoy.

 

Símbolo fraternal

El actual gobierno uruguayo del presidente Tabaré Vázquez ha recordado este año que, durante la segunda presidencia del doctor Julio María Sanguinetti (1995 - 2000) se votó la Ley N° 16.905, que declara a “La cumparsita” como “Himno Cultural y Popular de la República Oriental del Uruguay”.

 

 “La cumparsita” tiene la particular virtud de que la estructura de su música se presta maravillosamente a ser enriquecida por orquestaciones de mayor vuelo, todo le viene bien a “La cumparsita”. Francisco Canaro.

 

También cita el presidente uruguayo que, en el año 2009, “La cumparsita” fue incorporada por la Unesco a la Lista Representativa del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, por iniciativa de los Gobiernos de Montevideo y Buenos Aires, y agrega que, por ese hecho, “La cumparsita” representa a nivel mundial el himno de los tangos y es símbolo de fraternidad entre las dos orillas del Río de la Plata.

 

En Uruguay se vienen celebrando los 100 años de “La cumparsita” desde diciembre pasado, con distintos actos, ciclos de cine, conciertos y espectáculos en teatros y al aire libre. Pero si bien el feliz cumpleaños será el miércoles 19 de abril, las celebraciones continuarán durante todo 2017.

 

El más versionado

Con más de 1.200 versiones distintas, “La cumparsita” es también el tango que más se ha interpretado en todo el mundo, tanto en versiones orquestales como cantadas.

 

“La cumparsita” ha sido objeto de toda clase de ornatos, producto muchas veces de las ejecuciones “a la parrilla”: contracantos, pasajes contrapunteados y variaciones de la más diversa invención". Horacio Ferrer.

 

Desde Aníbal Troilo a Juan D’Arienzo, pasando Carlos Di Sarli, Alfredo De Angelis, Osvaldo Pugliese, Mariano Mores y Astor Piazzolla, entre las versiones orquestales. Y desde Carlos Gardel a Julio Sosa, Nelly Omar, Libertad Lamarque, Cacho Castaña, los españoles Julio Iglesias y Raphael, el tenor italiano Tito Schipa y un larguísimo etcétera que incluye extravagancias como una versión en violín de la japonesa Naoko Terai, versiones electrónicas del grupo Electrotango y Martha Psyko y hasta una versión en cha cha cha de La Charanga Cubana, entre otras.

 

Hay, incluso, versiones cantadas en japonés, en ruso y hasta en finlandés.

 

En el cine

 “La cumparsita” es, también, el tango que más se interpretó en el cine, tanto nacional como internacional. Más de 400 títulos se sirvieron de sus acordes para crear climas visuales, tanto en el cine sonoro como en el mudo.

 

En la Argentina, además de tener una película propia que protagonizó Hugo del Carril en 1947, “La cumparsita” puede escucharse en otros 30 títulos del cine nacional.

 

Las que siguen son sólo un puñado de esas películas que la utilizaron en su banda sonora o, en el caso de las mudas, como acompañamiento vivo de las imágenes.

 

  • “Los cuatro jinetes del Apocalipsis” (1921, Rex Ingram). Aquí es donde Rodolfo Valentino baila su famoso tango. En las salas de estreno era interpretado con una pequeña orquesta ubicada en el foso, en otras había sólo un piano. En unos pocos casos, “La cumparsita” fue reemplazada por “El choclo”, según consta en algunos documentos.
  • “Easy Virtue” (1928, Alfred Hitchcock). La séptima película muda que el maestro filmaría en Inglaterra antes de partir a Hollywood incluye “La cumparsita” en una de sus escenas. En Argentina esta película no se estrenó, pero en el programa londinense figuraba que el tango que interpretaba la orquesta en la sala era uruguayo y se llamaba “La cumparsita”.
  •  “La mundana” (“The Keyhole”, 1933, Michael Curtiz). George Brent y Kay Francis protagonizan esta comedia de enredos sobre una bailarina que es chantajeada por su ex marido, también bailarín, y se va a Cuba para evitarlo. En el interín, y antes de que vuelvan a estar juntos, hay bailes para todos los gustos, entre ellos el tango “La cumparsita”.
  •  “La historia se hace de noche” (“History Is Made at Night”, 1937, Frank Borzage). Charles Boyer y Jean Arthur son los que bailan “La cumparsita” en esta comedia dramática sobre un triángulo amoroso que se ambienta en un espectacular transatlántico y donde ella debe elegir entre un magnate naviero y un francés dueño de una cadena de restaurantes en París.
  •  “Leven anclas” (“Anchors Aweigh”, 1945, George Sidney). Gene Kelly y Frank Sinatra son dos marineros que recorren Nueva York en su día de descanso. El primero intenta seducir a una señorita bailándole un tango (“La cumparsita”) como si fuera Rodolfo Valentino, pero también le agrega acrobáticos condimentos de flamenco.
  •  “Gilda” (1946, Charles Vidor). La emblemática película en la que Glenn Ford abofetea a Rita Hayworth está ambientada en Buenos Aires, por lo que el tango parecía obligatorio. Pero “La cumparsita” que suena aquí, es más artificial que el cabaret porteño hecho de cartón en un estudio de Hollywood. Tanto, que hoy nadie se acuerda de la escena.
  •  “El pirata” (1948, Vincente  Minnelli). Gene Kelly y Judy Garland protagonizan esta obra maestra ambientada en una supuesta isla del Caribe, donde el primero baila una “Cumparsita” españolada con algo del Bolero de Ravel y crea uno de los números musicales más extraordinarios de la película y de la historia del cine.
  •  “El ocaso de una vida” (“Sunset Boulevard”, 1950, Billy Wilder). En esta obra maestra sobre una decadente estrella del cine mudo que no acepta el paso del tiempo, una madura Gloria Swanson intenta seducir al joven William Holden bailando una sensual “Cumparsita”, ante la impertérrita mirada de su chofer y ex marido encarnado por Erich von Stroheim.
  •  “Kanal, la patrulla de la muerte” (Polonia, 1957, Andrzej Wajda). Segunda parte de la trilogía bélica de Wajda y ganadora del Gran Premio del Jurado en Cannes, fue inspirado en hechos reales para mostrar la rebelión polaca ante la invasión nazi en 1944. Se cuenta que en las barracas de prisioneros se oía “La cumparsita”.
  •  “Una Eva y dos Adanes” (1958, Billy Wilder). Otra obra maestra del gran Billy que, si bien está protagonizada por Marilyn Monroe como la principal estrella femenina, “La cumparsita” la bailan Jack Lemmon vestido de mujer con un clavel en la boca y Joe E. Brown como el vejete millonario que insiste en sus intentos seductores. Una escena memorable en una película que tiene muchas.
  •  “Alice” (1990, Woody Allen). Mia Farrow es la mujer insatisfecha del título que, desatendida por su marido, busca consuelo en un especialista oriental en hierbas y en un posible amante. El tango “La cumparsita” es el leit motiv de la película, interpretado por el grupo The Castilians como fondo de música pasional.
  •  “Kika” (España, 1993, Pedro Almodóvar). El director manchego también utilizó “La cumparsita” en la banda sonora de esta oscura comedia en la que Victoria Abril es una cosmetóloga contratada por un escritor norteamericano para que maquille el cadáver de su hijastro.

Las nacionales

  • “Adiós pampa mía” (1946, Manuel Romero con Alberto Castillo, Perla Mux y Alberto Vila). Sainete sobre un joven humilde que llega a ser estrella de la canción y canta muchos tangos.
  • “La cumparsita” (1947, de Antonio Momplet con Hugo Del Carril, Nelly Darén y Aída Alberti). Un periodista y cantor de tangos es enviado a una zona de guerra en 1916, pero pierde la memoria y se encuentra que se ha enamorado de dos mujeres.
  • “El tango vuelve a París” (1948, de Manuel Romero con Alberto Castillo, Elvira Ríos, Fernando Lamas y la orquesta de Aníbal Troilo). Un médico llega a París persiguiendo románticamente a una cancionista mexicana y allí se convierte en cantor de tangos. lo que da pie para injertar “La cumparsita”.
  • “El ídolo del tango” (1949, de Héctor Canziani con Julio Martel, Graciela Lecube, Héctor Gagliardi, y las orquestas de Domingo Federico, Osmar Maderna, Oscar Alemán y Juan Carlos Bárbara). El romance entre la vendedora de una casa de música y un cantor popular permite mechar con varios tangos, entre ellos “La cumparsita”.
  •  “Alma de bohemio” (1949, de Julio Saraceni con Alberto Castillo, Fidel Pintos y Lilian Valmar). Castillo es un empresario que, por las noches, canta tangos en un cafetín.
  • “Se llamaba Carlos Gardel” (1949, de León Klimovsky con Roberto Escalada como Gardel y Juan José Míguez como Razzano, junto a Elina Colomer y Enrique De Rosas). Se escuchan, entre otros tangos, “Mi noche triste”, “Milonga sentimental” y “Tomo y obligo”, además de “La cumparsita”, claro.
  • “El morocho del Abasto” (1950, de Julio Rossi, con Rolando Chávez como Gardel, Laura Hidalgo y Tito Lusiardo) Biografía novelada del Zorzal Criollo.
  • “El último payador” (1950, de Homero Manzi y Ralph Pappier). Hugo del Carril es el payador José Bettinotti, cuyo arte desaparece con el advenimiento del tango. Aída Luz y Ricardo Pasano completan el elenco de esta película que se estrenó en 1948 con el título de “Pobre mi madre querida” y, luego de algunos retoques hechos por Pascual Contursi, se estrenó la versión definitiva con este título.
  • “Derecho viejo” (1951, de Manuel Romero con Juan José Míguez y Laura Hidalgo). Basada en el famoso tango de Arolas del mismo nombre dedicado a los estudiantes de Abogacía.
  • “El hincha” (1951, de Manuel Romero con Enrique Santos Discépolo y Diana Maggi). Un mecánico ya maduro, hincha fanático de fútbol, posterga indefinidamente el casamiento con su novia de la infancia.
  • “La voz de mi ciudad” (1953, de Tullio Demicheli). Con el pianista y compositor Mariano Mores, que se revela como un correcto actor. Lo acompañan Diana Maggi y las orquestas de Francisco Canaro y Juan D'Arienzo.
  • “Mi noche triste” (1951, de Lucas Demare con Jorge Salcedo y Diana Maggi). Narra la vida de Pascual Contursi, letrista del famoso tango que, cantado por Carlos Gardel en 1917, originara el nacimiento del tango canción. También aparece la orquesta de Aníbal Troilo.
  • “Romance musical” (1957, de Ernesto Arancibia con Libertad Lamarque y Juan José Míguez). Ultima película filmada en la Argentina por la cantante antes de exiliarse en México a causa de una supuesta bofetada -y su posterior enemistad- con la entonces actriz secundaria Eva Duarte, mientras ambas filmaban “La cabalgata del circo”.
  • “Canción de arrabal” (1961, de Enrique Carreras con Carlos Estrada y la orquesta de Francisco Canaro). Coproducción argentino-española, también conocida como “La cumparsita”, está protagonizada por Marujita Díaz, Carlos Estrada y Espartaco Santoni. Ambientada en el 1900 y rodada parcialmente en Barcelona, Buenos Aires, Córdoba, Madrid y Sevilla, es la historia de una joven porteña que viaja a Europa al ganar un concurso de canto y allí se hace famosa.

 

Fuente: https://www.losandes.com.ar/article/el-himno-de-todos-los-tangos-100-anos-de-la-cumparsita



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