EL ROSARIO DE TANGO

Relatos Tangueros

Vivencias de la Realidad del Tango


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

LOS TANGOS PATRIÓTICOS Y LOS TANGOS POLÍTICOS

 

 

(Fragmento del libro Nueva historia del tango. De los orígenes al siglo XXI)

 

“Soy / el tango milongón

nacido en los suburbios

malevos y turbios.

Hoy

que estoy en el salón,

me saben amansado,

dulzón y cansado.

Pa’ qué creer,

pa’ qué mentir

que estoy cambiado,

si soy el mismo de ayer”

decía un tango de Homero Expósito en 1941 aludiendo a las transformaciones que había sufrido el tango, que había pasado de género relegado de los suburbios a la consolidación del género y a la aceptación por parte de las clases media y alta.

 

En su libro “Nueva historia del tango”, Héctor Benedetti señala esta “idealizada marginalidad” del tango por un lado mientras por el otro destaca una suerte de “doble discurso” por parte de las clases más acomodadas que procuraban mostrar así una “falsa apariencia de ilustración basada en el temor a la censura social”.

 

Además, el autor sostiene que… “como en la sociedad argentina siempre existió el temor a que la emulación entre clases confundiera el sistema de jerarquías, los estratos mejor posicionados optaron por una prédica que lo mantuviera a una distancia prudencial. Insistimos: sólo una prédica; mientras tanto, ejercitaban el tango con asiduidad”.

 

El libro recorre la historia del tango, desde antes de su surgimiento, indagando en el origen de la palabra tango, un término de circulación corriente entre los esclavos africanos, para luego abordar los primeros registros documentales, el período de consolidación del género entre finales del siglo XIX y principios del siglo XX, la incorporación del bandoneón y el surgimiento de lugares de baile.

 

También aborda la aparición de la orquesta típica, el surgimiento de una industria fonográfica, la aparición de tangos cantados, cuya madurez expresiva llegaría con Pascual Contursi y otros poetas alrededor de 1915, el uso del lunfardo y la introducción, en la década de 1920, de cambios en el ritmo, la melodía y la interpretación.

La historia del tango llega a principios del Siglo XXI describiendo momentos emblemáticos, como la renovación del tango en la década de 1940, a favor de la orquesta típica de corte bailable, y las posteriores innovaciones de Héctor Varela y Ástor Piazzola.

 

Compartimos aquí un fragmento del libro sobre los tangos surgidos al calor de la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, en 1910, que instalaron como tema el patriotismo.

 

También incluimos un fragmento sobre el efecto que tuvo en este género musical el golpe de Estado de José Félix Uriburu, el 6 de septiembre de 1930, que instaló la política en algunos tangos, uno de cuyos máximos exponentes es “Cambalache”, de Enrique Santos Discépolo.

 

Fuente: Héctor Benedetti, Nueva historia del tango. De los orígenes al siglo XXI, págs. 70-75 y 174-178

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LOS TANGOS “PATRIÓTICOS”

 

¿Qué debe entenderse por “tango patriótico”?

¿Se trata de aquellos que mencionan personas o circunstancias políticas?

¿O sólo entran en esta clasificación los que aluden a hechos fundacionales?

 

Si, como se lee en el Diccionario de la Real Academia Española, “patriótico” es lo que “realmente adhiere al amor por la patria y que le procura todo su bien, una selección coherente debería partir de “Independencia”, de Alfredo Bevilacqua, según veremos enseguida.

 

Tradicionalmente, los géneros musicales que mejor se emparentaron con lo patriótico fueron los del folclore. Zambas, cielitos, estilos, cifras, pericones, chacareras, vidalitas, triunfos y demás ritmos autóctonos que nombraban a la patria en forma explícita o aludían a ella constituyeron una abrumadora mayoría por sobre el tango y el resto de la música ciudadana.

 

A pesar de ello, es interesante destacar que, en su gran mayoría, fueron compuestos por personas que prácticamente ignoraban lo que era la vida “tierra adentro”, gente de ciudad o de pueblo que, a lo sumo, apenas conocían el entorno rural.

 

En el ámbito del tango, la celebración del Centenario de la Revolución de Mayo, en 1910, instaló el tema patriótico con una exaltación que jamás volvería a repetirse.

La fecha no fue una simple excusa, y el entusiasmo que despertó generó la atmósfera ideal para que la música popular incorporase una nueva temática.

 

En aquel 1910 se dio a conocer “Independencia”, de A. Bevilacqua. No puede asegurarse que haya sido el primero, pero sin duda la historia de los tangos patrióticos comienza con él.

 

Bevilacqua hizo constar en la partitura que lo dedicaba “A mi Patria, con motivo del Centenario. Buenos Aires, 25 de mayo de 1910”. A pesar de estos datos tan precisos cabe aclarar que, para las efemérides, lo correcto es conmemorar la Independencia cada 9 de julio, no los 25 de mayo, y el caso es que este tango fue estrenado por una banda el 9 de julio de 1910, en un acto sobre la Avenida de Mayo.

 

Sin embargo, dada la magnitud de los festejos –año de visitantes ilustres, de exposiciones y de charangas– nadie iba a detenerse a impugnar la ofrenda; no lo haría, por ejemplo, la Infanta Doña Isabel de Borbón al recibir de manos de Bevilacqua un ejemplar impreso de la partitura.

 

Una muestra de cómo sonaba este tango en la época es la grabación que realizó Juan Maglio para Columbia Record, en 1912.

 

Es cierto que desde 1899 ya estaba circulando El sargento Cabral”, del pianista Manuel Campoamor, un tango que aludía al episodio de la Batalla de San Lorenzo en el que el general José de San Martín casi encuentra la muerte.

 

Pero en realidad su inspiración fue otra: el autor aseguró que se debía a una simple pelea entre compadritos (probablemente en un lugar non sancto), en el que uno exclamó “¡Hemos batido al enemigo!”, repitiendo de manera poco patriótica la frase que la historiografía escolar atribuye a Juan Bautista Cabral, quien le habría salvado la vida a San Martín.

 

El pianista agregó también que fue su primer tango. Existe una célebre y muy divulgada grabación realizada por la Banda Republicana de París, hecha para discos Gath & Chaves en 1909 (la mayoría de los cronistas apuntan, no obstante, que se habría efectuado en 1907).

 

No sólo el tango, sino toda la música vivió el espíritu patriótico del Centenario.

 

Por ejemplo, revisando un antiguo catálogo discográfico de la Casa Tagini puede verse un bloque de siete discos Columbia Record numerados correlativamente del T 280 al T 286, denominado “Marchas de Centenario de las Catorce Provincias”, entre los cuales hay una serie de marchas cuyos nombres eran los de las catorce provincias argentinas que había entonces (el resto todavía eran territorios nacionales), con música del maestro Vicente Mazzoco, director de la Banda del Regimiento 6º de Infantería de Buenos Aires.

 

La serie estaba dedicada a los gobernadores de cada provincia y había sido premiada en la Exposición de Saint Louis, en Estados Unidos.

 

Junto con estas placas también se anunció el disco T 288, con una versión instrumental y otra cantada de la marcha “Viva la Patria”.

 

Las grabaciones eran de 1910, y hacia 1913 todavía seguían en catálogo, porque el entusiasmo no se había extinguido.

 

De esa misma época –y a medio camino entre lo folclórico y lo porteño, y entre la música y la declamación– datan los “Discos Patrióticos” de Eugenio Gerardo López.

 

Sumándose a los festejos por el primer Centenario, la Columbia Phonograph Company Gen’l encargó a este autor, de amplia trayectoria en el teatro, la grabación de una serie de discos que reconstruyeran vívidamente escenas de la historia argentina. Fueron denominados “patrióticos”, pero prevaleció el rótulo que, en tipografía más pequeña, figuraba tanto en catálogos como en etiquetas: “Serie Episodios Nacionales”.

 

Como aquellos de las marchas de las catorce provincias, el extenso catálogo de la Casa Tagini seguía ofreciendo en 1913 los Episodios Nacionales, ahora entre discos de Bianco, Espósito, Gardel, Gobbi y Sra., Greco, Maglio, Navas, Salinas, Villoldo y otros.

 

Los “Discos Patrióticos” reproducían dramáticamente batallas, fusilamientos, juras de bandera y otros acontecimientos, adaptados bajo la fuerte influencia del teatro declamado que E. G.  López bien conocía.

 

Aunque incluían efectos de sonido y cierto despliegue de colaboradores, el resultado tendía a la exageración. Se hacía hincapié en que servían para recordar los episodios memorables “en el hogar, en las escuelas, y especialmente a los niños”, y su carácter ilustrativo prevalecía por sobre el rigor histórico o la calidad artística.

 

Algunos títulos de Episodios Nacionales hablan por sí solos del contenido y de su ortodoxia al momento de recurrir a las fuentes:

ü“Jura de la bandera argentina por el General Belgrano”,

ü“La corneta de Simón Bolívar”,

ü“La espada del General Belgrano”,

ü“Güemes y sus gauchos”,

ü“Batalla de Chacabuco”,

ü“Fusilamiento del Negro Falucho” y

ü“Batalla de Maipú”, entre otros.

 

Como “Discos Patrióticos” también se editaron interpretaciones de otros artistas de Columbia Record, como…

ü“Glorias Argentinas”, estilo criollo/ Arturo Navas, y

ü“El soldado de la Independencia”, reminiscencia patriótica/Ángel Villoldo.

 

Alguno, incluso, reunía un pequeño grupo...

  ü “La empanada de Sarmiento”/Eugenio López y Diego Munilla.

 

Las placas de López alcanzaron un extraordinario nivel de ventas. Las disquerías todavía anunciaban los Episodios Nacionales en 1929, cuando técnica y estilísticamente escucharlos ya era un verdadero anacronismo, y el negocio de Tagini había cerrado más de una década atrás.

 

Volviendo a lo estrictamente tanguero, Bevilacqua continúa estimulando el sentimiento patriótico a través de otras composiciones, como “Emancipación”, que dedicó a la hermana República de Chile.

 

La idea era la misma, pero conmemorando la independencia del país vecino: de hecho, su autor conservaba una carta de agradecimiento firmada por el ministro plenipotenciario de Chile en la Argentina.

 

Una prueba de que no sólo para el público, sino también para los músicos, existía entre los dos tangos una vinculación que los transformaba prácticamente en mellizos es que Maglio grabó “Emancipación” inmediatamente después de Independencia, y mientras que este tiene la matriz Columbia Record 56 607, Emancipación lleva la 56 608.

 

Por la misma época, los dos tangos fueron grabados también por Vicente Loduca en Disque Pathé, de Francia.

 

El pianista continuó con el tango “Primera Junta”, refiriéndose al gobierno patrio que juró en la tarde del 25 de mayo de 1810 con el compromiso de preparar en quince días una expedición de quinientos hombres hacia el interior del país, dando así inicio al proceso de libertad y a la era republicana.

 

Siguiendo con el tema de la Revolución de Mayo, Eduardo Arolas compuso un tango llamado precisamente “25 de Mayo”, que grabó en disco Odeon a comienzos de 1913.

 

Bevilacqua aún tuvo tiempo de brindar otro tango patriótico: “Reconquista”, como homenaje a quienes expulsaron al ejército inglés tras la invasión de 1806.

        

Los músicos de la Guardia Vieja sintieron un gran afecto por los episodios patrióticos, sin cuestionarse si alguno era de dudosa legitimidad. El bandoneonista Augusto Berto, muy popular entonces, compuso “Curupaytí” en recuerdo del ataque que el 22 de septiembre de 1866 acometió el general Bartolomé Mitre contra las tropas paraguayas comandadas por el general Díaz en plena guerra de la Triple Alianza. El verdadero objetivo de esta guerra no iba a ser revisado por A. Berto; a él sólo le interesaba darle título a un tango.

 

Por otra parte, queda la incógnita de si al titularlo Curupaytí no se habría propuesto en realidad homenajear al pueblo del Paraguay, que resistió y terminó rechazando a los aliados con un heroísmo que el propio Mitre debió reconocer.

 

La duda surge porque la partitura fue dedicada, diplomáticamente, a unos músicos amigos. Fue grabado en discos Victor por la Orquesta Típica Select, en Camden (Nueva Jersey), el 24 de agosto de 1920.

 

No sería la única batalla perdida (que?) ganara un lugar en el inventario del tango. El recuerdo por el desastre de Cancha Rayada, cuando el ejército realista del general Mariano Osorio venció a los patriotas de San Martín en la mañana del 19 de marzo de 1819, también tuvo el suyo: “Cancha Rayada”, del violinista Alejandro Rolla.

 

El tango patriótico por antonomasia correspondió a una composición de José Luis Padula“9 de Julio”. En 1916, con motivo de los cien años de la proclamación de la Independencia argentina, apareció un vals con el mismo nombre, firmado por Pascual de Gullo. El tango de Padula parecería haber surgido hacia 1910 si se atiende a lo que él mismo dio a entender en un reportaje concedido a Héctor Bates en agosto de 1934. El problema para su correcta datación es que “9 de Julio” permaneció inédito hasta bien entrada su fama, pero se sabe que Juan Carlos Marambio Catán ya lo interpretaba hacia 1916.

 

Llegó a tener tres letras, de las cuales una sola hizo referencia a la Patria.

üLa primera perteneció a Ricardo Llanes (aunque fue incorrectamente atribuida a Pascual Contursi); habla de una mujer que abandona el conventillo para irse tras un canfinflero (proxeneta). A la anécdota de ser la primera letra de “9 de Julio” se suma la inadvertida curiosidad de ser un tango cuya letra cuenta lo mismo que Mi noche triste, incluso en su mismo lenguaje… pero lo hace unos años antes, mientras que siempre se había tomado Mi noche triste como punto de partida para las letras de tangos.

üLa segunda letra fue añadida por Eugenio Cárdenas, y en ella aparecieron reminiscencias por el 9 de Julio de 1816, aunque en rigor lo que se describe es una fiesta gaucha.

üY el último de los poemas, el más conocido, fue el de Lito Bayardo; en él se menciona la fecha, pero podría haber sido cualquier otra dado lo impreciso del argumento. Esta es la letra que grabó Agustín Magaldi en 1931, para el sello Brunswick.

 

(…)

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MILONGA DEL 900...   LOS TANGOS “POLÍTICOS”

 

Desde comienzos de los años treinta, coincidiendo con un crítico panorama internacional, los tangos empezaron a registrar, aunque no en forma general, la realidad política del país. No en general, decimos, porque sólo un pequeño número de tangos con esta temática lograron trascender.

 

Pero un puñado de ellos obtuvo tanta aceptación y perdurabilidad que se los consideró parte de una corriente propia de la década. Lo cierto es que, por cada tango de corte político conocido, quedaron docenas en la oscuridad, superados por centenares de tangos con otros temas, los de siempre, sobre los que venía escribiéndose desde inicios de los años veinte.

 

Los tangos “políticos” de los años treinta, en cierta forma, fueron la adaptación a los nuevos tiempos de un exitoso modelo anterior: el de los tangos “patrióticos” de la década de 1910. Ese éxito se había logrado gracias a dos ingredientes.

 

En primer lugar, salvo muy pocas excepciones, carecían de parte cantada (recuérdese que se trata de una época en que los tangos con letra no abundaban), pero que, en virtud del esfuerzo de sus compositores, tenían una música realmente agradable.

 

Y, además, esos tangos contaron con un factor determinante: el contexto social de la Argentina. En la primera década del siglo XX se conmemoraba el centenario de varias fechas patrias y el pueblo vivía una auténtica exaltación de su pasado, de sus héroes y sus batallas. Pero para 1930 todo este fervor se había esfumado y los tangos patrióticos, si bien seguían en los repertorios, cedían paso a los más novedosos tangos políticos.

 

A partir de 1920 la producción de tangos patrióticos se redujo, mientras que en el folclore –incluyendo aquel que grababan los artistas de tango– el tema seguía vigente. Entre los tangos destacaron…

üArgentina (Patria)”, con letra y música de Vicente Greco, grabado en 1924 por Gardel y por la orquesta de Canaro;

ü“Viva la Patria”, de Antonio Scatasso y Alberto Vaccarezza, del que quedó una excelente versión de Corsini en 1929, y no mucho más.

 

El resto, incluyendo las obras que recrearon el período de la Federación (en que Juan Manuel de Rosas fue gobernador de la provincia de Buenos Aires), ya eran ficciones enmarcadas en un ambiente histórico, no eran exactamente “tangos patrióticos”.

 

Tampoco lo fueron los tangos políticos.

¿Cómo discernir lo patriótico de lo meramente coyuntural?

 

En virtud de la perspectiva. Por lo general, un acontecimiento adquiere carácter patriótico en forma “retroactiva”, por así decirlo. Es la evolución de la historia a partir de ese hecho lo que lo vuelve tal.

 

En los años treinta, “patriótico” pasó a ser un adjetivo usado en forma apresurada y adulatoria: nadie ignora que fueron calificados de “patrióticos” sucesos tales como golpes de Estado, discursos pomposos y hasta ligas o alianzas nacionalistas, actividades y entidades que, sin ninguna duda, atentaban contra un patriotismo genuino.

 

La degradación del significado de esta palabra se tornó peligrosa en todos los niveles, pero, en el plano estrictamente tanguero, cualquier composición producida para exaltar la revolución de turno pudo ser tomada como “tango patriótico”.

 

Así se llegó al lamentable tango “Viva la Patria”, de Anselmo Aieta y Francisco García Jiménez (que no debe confundirse con el homónimo mencionado antes, de Scatasso y Vaccarezza), que aplaudió el derrocamiento de la segunda presidencia de Hipólito Yrigoyen por el sublevado general José Félix Uriburu, en septiembre de 1930.

 

Este hecho dio comienzo a la tragedia periódica de golpes militares y salidas electorales que el país sufrió durante más de cincuenta años. Y si bien a los pocos días lo grabó Gardel, queda como consuelo la falta de registro como parte de su repertorio en vivo, de modo que tal vez únicamente lo haya cantado para la grabación (publicada originalmente en el dorso de “El Sol del Veinticinco”).

 

Con este tango circunstancial, insufrible por lo afectado de su retórica, se cerró tristemente la era de los tangos patrióticos. Durante la Década Infame vendrían varios más, pero el escepticismo ya se había instalado en la sociedad. Y a la hora de citar un tango patriótico, la gente siguió prefiriendo, por más pasado de moda que estuviera, aquel lejano Independencia de la época del Centenario.

 

“Viva la Patria” fue un tango especialmente escrito para reflejar la situación que estaba viviendo la Argentina en ese momento, motivo por el cual se suponía que tendría una respuesta garantizada e inmediata. Es importante tener esto en cuenta, ya que se trata de la característica fundamental de la mayoría de los tangos con contenido político. Esa idea explica la urgencia por componerlo (es evidente que sus autores lo hicieron en pocas horas, ya que no tiene la elaboración musical de otros tangos de Aieta ni la calidad poética de otras obras de García Jiménez), como también la rapidez de su intérprete en llevarlo al disco (lo hizo a menos de un mes del golpe de Estado).

 

Teniendo en cuenta que la producción industrial y la distribución del disco demandaban algunas semanas, todo debía hacerse en forma perentoria para evitar que la novedad perdiera impacto y dejase de tener eficacia con el correr de los meses.

 

A los pocos días del golpe de Uriburu, ya estaba circulando una interesante cantidad de obras similares. Entre ellas…

ü“Uriburu”, “Emancipación” (una parodia del tango de Canaro Federación),

ü“6 de Septiembre”, “Cadetes de mi Patria”, “A los bravos militares argentinos”, “Por los caídos”, “Elpidio González” (El Capitán de grupo, firmado por un tal sir Arthur),

ü“Soldados…”, Versos al más valeroso militar argentino, “¡Presente . mi General!”, firmado con el pseudónimo Juan C. Rasca,

ü“Juvencio Aguilar”, “José Guerrico” (ambos firmados por El Patriarca),

ü“Mayor Manuel R. Thorne” (Director de Correos, firmado por Carlos Dante; desconocemos si se trata del famoso cantor o de un homónimo),

ü“Muchachitos criollos”, “Marinos: ¡salud…!”, “Muchachada estudiantil”, “Un dos tres: el Peludo ya se fue” y “¡Cadete militar!”, aunque ninguna de ellas trascendería.

 

AL MUNDO LE FALTA UN TORNILLO

 

El desencanto llegaría pronto. El propio Gardel, que en 1930 apresuradamente había grabado “Viva la Patria”, ya en 1933 incorporaba a su repertorio canciones que reflejaban oposiciones y críticas al conservadurismo…

ü…las hubo de contenido socialista: “Acquaforte”,

ühuelguista: “Al pie de la Santa Cruz”,

üradical: “Milonga del 900”,

üde disconformidad generalizada: “Al mundo le falta un tornillo”,

üe incluso interpretaría un tango que aparentaba simpatizar con el anarquismo expropiador: “Pan”.

 

Otros artistas también dejarían plasmadas obras semejantes, y no sólo meramente localistas, sino también piezas que tomaban nota de episodios mundiales como: “Que sapa señor”, de Discépolo, en 1931, que en una parte llega a decir…

“Qué sapa señor

que ya no hay Borbones”.

 

Incluso quedaría lugar para algunos tangos de apoyo a la política del presidente Agustín P. Justo en su intento por diferenciarse de su predecesor Uriburu , el más conocido es “Suscribite al 6,67%”, que grabó la orquesta de Lomuto en 1932, en referencia a unos bonos que emitió el Estado.

 

Pero el gran tango político sería, curiosamente, uno que, en realidad, no parecía pensado para que perdurase. Cierto retroceso moral imperante en la época quedaría registrado en varios tangos, aunque en ninguno de manera tan efectiva como en “Cambalache”, de Enrique Santos Discépolo. Este tango era un fiel reflejo de todo el siglo XX, aunque hoy resulta muy natural que Discépolo lo escribiera precisamente en 1934, cuando la inestabilidad social era un síntoma universal.

 

Nació como un tango más. Discépolo lo había creado especialmente para la película “El alma del bandoneón”, dirigida por Mario Soffici y estrenada en 1935, y tuvo un severo problema cuando Sofía Bozán intentó cantarlo en un espectáculo- revista del teatro Maipo, ya que el productor de cine Ángel Mentasti se presentó acompañado por un abogado para impedir su difusión argumentando que él tenía la exclusividad.

 

Luis César Amadori, autor de la revista, aplacó los ánimos y no sólo consiguió calmar a Mentasti, sino que hasta lo convenció de que le financiara un film (“Puerto Nuevo”). En 1934 lo grabaron Francisco Lomuto y su orquesta típica con la voz de Fernando Díaz, y a continuación, Canaro y su orquesta con el estribillista Roberto Maida (1935) y Tania (1936, en Francia), entre otros.

 

Las versiones de mayor difusión han sido posteriores: la de Juan D’Arienzo con su cantor Alberto Echagüe (1947) y las dos de Julio Sosa, una como cantante de la orquesta de Armando Pontier (1958) y otra con el acompañamiento de Leopoldo Federico (1964).

 

En la tercera estrofa, para retratar la relatividad de los valores, el poeta recurrió a un desfile de personajes contrastantes. Para establecer la decadencia que según Discépolo no sólo afectaba a la década, sino a todo lo que llevaba transcurrido del siglo XX y que incluso podía proyectarse hasta el entonces lejano año 2000, la letra de “Cambalache” yuxtapone figuras tan dispares como Alexander Stavisky (un estafador), San Juan Bosco (sacerdote fundador de la Orden de los Salesianos), La Mignon (personaje de dos novelas francesas y casi un sinónimo de “mantenida”), Don Chicho (hubo dos, que fueron potentes mafiosos rosarinos), Napoleón Bonaparte, Primo Carnera (boxeador campeón de peso completo) y José de San Martín.

 

En algunas versiones del tango estos personajes son reemplazados por otros, como… el músico Arturo Toscanini, el hampón Scarface, el caballo Yatasto, el corredor de autos Toscanito Marimón o el luchador José María Gatica.

 

Como una prueba de la absoluta vigencia de Cambalache, puede agregarse que figuró en las “listas negras” que el autodenominado Proceso de Reorganización Nacional (1976-1983) confeccionó para impedir la difusión de algunas canciones que consideraba “peligrosas”.

 

En los años cuarenta la composición de tangos con contenido político se atenuó. Más adelante veremos que la instauración de la censura durante el gobierno de facto del general Pedro Pablo Ramírez impidió que aparecerían (aparecieran) tangos críticos.

 

Surgirían algunos -muy pocos- que mencionaban la Segunda Guerra Mundial (antes, la guerra del 14 también había aparecido tímidamente en títulos de un puñado de tangos) y, en lo referido a la política argentina entre finales de los años cuarenta y comienzos de los cincuenta, se difundirían ciertos tangos -que tampoco fueron muchos- de aliento al peronismo.

 

Fuente: https://www.elhistoriador.com.ar/los-tangos-patrioticos-y-los-tangos-politicos-por-hector-benedetti/

 

Para conocer más sobre estos temas, visitar:

 


LOS VASCOS SU APORTE AL TANGO Y ALGO MAS…

 

Desde el Vasco Juan de Garay, quien fundó Buenos Aires, la presencia de los vascos, desde el virreinato hasta mediados del siglo XX, ha sido importante tanto cuantitativa como cualitativamente, no obstante no tuvo la fuerza de otras inmigraciones como la italiana y la española.

 

La presencia de los vascos se puede considerar desde varias vertientes, los primeros vascos fueron llegando acompañando a los colonizadores, ya desde 1835 a 1853 hubo una inmigración fundamentalmente de pastores.

 

Luego de sancionada la constitución una nueva oleada se radica en la pampa húmeda, desde 1877 hasta 1914 una nueva llegada favorecida por la Ley de inmigración del presidente Avellaneda, desde 1880 a 1900 se produce la mayor afluencia de vascos decayendo hasta 1914. Desde 1936 por la guerra civil española la inmigración vasca es de causas políticas

 

Se considera que Argentina es el país del mundo que mayor cantidad de inmigrantes vascos ha recibido

 

La participación de los vascos en la vida laboral y cultural de nuestro país ha sido importantísima; en este último aspecto el motivo de este trabajo es hacer una breve semblanza del aporte al tango, sin desconocer que otras vertientes culturales, como el teatro han ido de la mano.

 

Se ha tratado de identificar a quienes han tenido participación desde la música, el baile, la poesía, en lo interpretativo y como autores y compositores.

 

 

Considerando el tiempo transcurrido desde que se desarrollan los hechos que estamos expresando no ha sido posible en todos los casos obtener información fehaciente respecto al verdadero origen de los protagonistas, en los casos no referenciados, se ha optado por reconocer los apellidos de origen vasco para incluirlos en este trabajo.

 

Ángel Villoldo

 

Denominado el padre del tango, músico y poeta, nació en Barracas en 1861, en su juventud realizo diversos oficios, cuarteador en la calle Larga (Montes de Oca), resero en los mataderos de Pereyra, clown en el circo Rafetto, tipógrafo en la editorial Peuser y varios más. Sus primeras composiciones las derramaba en almacenes, cafés y glorietas de su barrio y otros más.

 

En 1903 José Luis Roncallo y su sexteto de música internacional estrena “El Choclo” en el restaurant, “El Americano”, fue presentado como “danza criolla”, les estaba vedado incluir tangos por la categoría del lugar. El éxito fue rotundo y el público lo reclamaba noche a noche. se estima que Villoldo había compuesto este tango en 1898.

 

En 1907 la casa Gath y Chaves lo contrato junto a Alfredo Gobbi y  Flora H. Rodríguez a presentarse  en Paris, fue éxito total en Francia.

 

Ángel Villoldo, se destaco por la gran cantidad de letras y entre las mismas “El vasco farrista” en la cual expone la historia del vasco Juan Bercetche, quien por un desengaño amoroso arriba a la Argentina y luego al llegar el olvido, expresar su alegría, tal como lo manifiesta en la última estrofa.

 

Villoldo, ya en los inicios del tango, intenta en estos versos un reconocimiento a los vascos cuya presencia es evidente en el ámbito tanguero.

 

El vasco farrista  1915

 

Vasco estar yo guipuzcoano

y me llamo Juan Bercetche,

reparto tener del leche

por Capital, no hay hacer.

De mi tierra aquí viniendo

cerca ya la hacer un año,

porque tener desengaño

con chica que yo querer.

 

Una vez en Guipúzcoa dando

vasco Bercetche contento,

el palabra casamiento,

a nescacha con pasión.

Amor la juró la ingrata

creyendo la estar sincero

y una noche con bombero,

sin vergüenza, la escapó.

 

Hoy vasco penas olvida,

la disfraza y con guitarra

la va a correr la gran farra

en corso la carnaval:

la va ganar el medalla

en cualquier parte cantando;

no hay nadie que a mí ganando

porque tremendo yo estar.

 

Vasco la estar muy contento,

la divierte troche y moche

caminando... y hasta en coche...

la farrea hasta cansar.

A marchantas visitando

y aprovechando el boladas,

solteras... y hasta casadas...

las voy, sí, sí, a conquistar.

 

Ayer encontré un marchanta

que diciendo: -Adiós, Bercetche,

no dejar de traer el leche,

no la olvides de venir.

Yo guiñando el ojo rabo

la dije medio sonriendo:

-Mañana no la viniendo,

porque la voy a divertir".

 

Vasco Bercetche hoy farrea,

el leche no repartiendo,

pues la quiere divirtiendo

todo carnaval pasar.

Marchantas tengan paciencia;

reparto no correr prisa

y hasta miércoles de ceniza

el leche yo no llevar.

 

Siempre vasco estar contento

y jamás estar rabiando,

siempre alegre divirtiendo

y alegre siempre cantando.

 

Canto:

Ay, ay, ay mutilá

chapela gurriá

nescacha linda, vasco

siempre estar conquistar.

Ay, ay, ay, mutilá

con vasco no se purriá.

 

 

………………………….

María “La vasca”

 

El tango va ocupando distintos espacios en la ciudad, desde el baile que se realizaba en los patios de los conventillos por los sectores más humildes, fundamentalmente por los inmigrantes. Posteriormente las llamadas casas, donde ya se pagaba para bailar, generalmente un piano y algún otro instrumento acompañaban el baile y el público se seleccionaba; a veces estas casas compartían el baile con verdaderos prostíbulos.

 

Los lugares de baile se profesionalizan y adquieren el nombre de academias Ya a fines de la primera década del siglo XX el tango adquiere un nivel de mayor jerarquía y se instala en los cabarets, algunos de ellos muy famosos como “Tabaris” “Montmartre”, “Royal Pigall”.

 

De las casas de baile ocupan un lugar destacado en el recuerdo tanguero las conocidas como “Lo de Laura” y “María La Vasca”, esta ultima un hermosa francesa de origen vasco llamada María Rangolla, se encontraba instalada en la calle Europa, hoy Carlos Calvo 2721, el pianista Rosendo Mendizábal, actuaba en carácter casi permanente en este lugar y precisamente fue donde compuso uno de los tangos más famosos de la denominada guardia vieja: “El Entrerriano”, en 1897, se lo considera el primer tango llevado al pentagrama.

 

La mayoría de los tangos no se escribían y se transmitían simplemente por los músicos que los escuchaban, los denominados orejeros. Rosendo Mendizábal de sólida formación musical tenia las condiciones para volcar al pentagrama la música, este tango fue dedicado a un parroquiano de apellido Segovia, oriundo de Entre Ríos.

 

El Recuerdo de Laura y María La vasca, ha quedado incorporado a la letra del tango “No Aflojes”:

 

No aflojés

Tango 1933

Música: Pedro Maffia / Sebastián Piana

Letra: Mario Battistella

Vos, que fuiste de todos el más púa,

batí con qué ganzúa

piantaron tus hazañas...

Por tu ausencia en las borracherías

cambió la estantería

el gusto de las cañas...

Compadrito de aquellos tiempos,

soy el tango hecho lamento,

corro parejo con tu pintón,

¡sufro tu misma emoción!

 

Vos fuiste el rey del bailongo

en lo de Laura y la Vasca...

¡Había que ver las churrascas

cómo soñaban tras tuyo!

¡Alzaba cada murmullo

tu taconear compadrón

que era como flor de yuyo

que embrujaba el corazón!

 

Maula el tiempo te basureó de asalto

al revocar de asfalto

las calles de tu barrio...

No es que quiera tomarlo tan a pecho

¡pero es que no hay derecho

que hoy talle tanto otario!

Macho lindo de aquel pasado,

te saludo desconsolado,

porque en tu reino sentimental

vuelco la esquina final.

 

De este tango existe una excelente versión de Ángel Vargas

 

El Director Juan Carlos Bazán, (1887-1936) compositor y clarinetista compuso un tango en su homenaje, llamado “La Vasca”.

 

El tango ha recogido el reconocimiento a esta mujer quien desde su lugar abrió las puertas al proceso de evolución de nuestra música ciudadana.

 

LOS BAILARINES

 

El éxito en Francia de Ángel Villoldo, Alfredo Gobbi y Flora Rodríguez, motivo a otros que llevaron también el tango en sus distintas disciplinas; los bailarines de tango se destacaron y fueron apreciados por el público francés y de otros países europeos.

 

Casimiro Ain “El Vasquito”

 

Nació en Buenos Aires el 04-03-1882 y falleció el 17-10-1940, aprendió a bailar desde chico al ritmo de los organitos que por las calles volcaban la música del tango, participo como bailarín en el circo del payaso ingles Frank Brown, su espíritu aventurero lo llevo a Europa en un buque de carga en 1903, a su regreso se presenta junto con su esposa en los teatros porteños.

 

 Su participación durante los festejos del centenario de la Revolución de Mayo lo catapultan al éxito, viajando posteriormente a Francia con la orquesta típica del bandoneonista Vicente Loduca, debutando en 1913 en el cabaret “El Garrón”.

 

Posteriormente viajo a Nueva York y luego de retornar a Argentina, viajo nuevamente a Paris donde gano el “Campeonato mundial de danzas modernas”, posteriormente recorrió Europa con su pareja de baile, la alemana Edith Peggy.

 

El éxito como bailarín de tango en Europa fue arrollador, habiéndose logrado destacar en la sociedad europea y siempre ha quedado en la duda si el famoso bailarín argentino Ovidio Bianquet “El Cachafaz” fue mejor o no que él, pero si se ha reconocido la superioridad de Ain en el éxito y la popularidad en Europa.

 

Queda en la anécdota y la discusión si, como se ha dicho, actuó efectivamente ante el Papa, aunque este hecho era narrado por Ain en algún reportaje.

 

En 1930 se produce su retorno definitivo a Argentina, donde continúa actuando hasta fallecer en 1940 a la edad de 58 años.

 

Jorge Martin Orcaizaguirre “Virulazo”

 

Nació el 10 de octubre de 1926  y falleció el  02 de agosto de 1980.

 

Bailarín de tango desde los 12 años, debutando con su madre en una kermese; de ascendencia vasca por parte de padre e italiana por parte de madre, se lo conocía como el Vasco, jugador de bochas, a este deporte le debe el nuevo apodo, un italiano que lo alentaba le indicaba “mandale el virulazo” -por bochazo-, ya a partir de los 18 años este apodo lo identifico en su vida de bailarín de tangos.

 

Comenzó a bailar en el café “La Armonía” y luego en los cabarets “Chantecler” y “Tabaris”, en 1952 ganó un concurso de baile frente a 157 parejas y comenzaron las giras por el país, luego vino la decadencia del tango frente al rock, ya en los años 80 comenzó a actuar en “Tango Argentino” y las giras por el mundo, en Brodway fue aplaudido por Nureyev, tuvo la amistad de Anthony Quinn y Robert Duval a quien enseño el baile y los asados en su casa en Argentina.

 

Su segunda esposa Elvira fue su gran compañera, ni el cigarrillo en exceso ni sus más de 120 kg. le impidieron el placer por bailar y siempre imaginaba que cuando muriera lo hiciera bailando un tango……….

 

VIRULAZO.

 

Letra y Música de Jorge "Alemán" Azpiroz 

 

Enorme como el alma que te anida,

tu figura no se olvida dibujando el milongón.

San Justo,  rioba que te dio la vida,

llora en cada avenida la desdicha de tu adiós.

Seguro andarás por las estrellas,

en tu marcha sin querellas,

derrochando tu candor...

La noche es menos noche sin tu faso,

yo te extraño Virulazo y te extraña el bandoneón

 

Virulazo...no habrá otro como vos.

Virulazo, llora el tango tu pasión,

si el fueye ya está levantando vuelo,

porque hoy hay baile en el cielo...

Virulazo...barrio, faso y corazón.

 

Inmenso como un sol incandescente,

hoy vivís entre la gente que tu risa no olvidó.

El Tabaris, El Liberal o el Almafuerte,

un regazo permanente, donde el tango te acunó.

 

Y hoy bailás con Elvira entre tus brazos,

y en la magia de tus pasos

brilla el duende del amor,

y "Caruso" que extrañaba tu silbido,

se piró para el olivo buscando tu ronca voz.

 

 

Desde la interpretación musical, en los primeros conjuntos de tango aparecen ejecutantes cuya ascendencia podría identificarse como vasca, aunque no ha sido posible reunir información que permita esta aseveración

 

Eusebio Azpiasu -El ciego-

 

Nació en 1865 y falleció en 1945, violinista y guitarrista, actuó en el Kiosco Casares de Palermo, con Ernesto Ponzio toco en El Tambito y en lo de Hansen, también conformo un trio con Julián Urdapilleta -el vasco- en violín y Carlos Hernán Macchi en flauta. Julián Urdapilleta también actuó con Pacho Maglio bandoneón y Luciano Ríos guitarra, debutando este conjunto en 1899.

 

Alberto Novion          

 

Nació el 9 de febrero de 1881 en Bayona y falleció el 25 de noviembre de 1937 en Argentina. Muy joven llego a Montevideo y luego se radico en Argentina.

 

 Dramaturgo, director, contribuyo en el teatro al género chico y con una prolífica cantidad de obras de las cuales 73 en el teatro breve, 30 sainetes y 22 en revistas, fue considerado un verdadero autor criollo y de una gran sensibilidad.

 

También incursiono en las letras de tango y aunque de producción modesta y no muy conocida, fue suficiente y en algunos casos que hayan sido grabadas sus obras por cantores famosos.

 

“El tango de la muerte” fue grabado por Carlos Gardel y “Lagrimeando, lagrimeando” lo fue por Roberto Fugazot, el gran director que fue Francisco Canaro incorporo sus tangos: “Tierra mía” con la voz de Azucena Maizani en 1925 y en1926 “Traiga otra caña”.

 

Tierra mía

Música: Francisco Payá

Letra: Alberto Novión

En Buenos Aires, mi tierra,

nací, por suerte, argentina,

camino de Puente Alsina

tengo un nidito de amor.

 

Soy porteñita,

soy porteñita y no envidio...

y nadie, pues, ha nacido

en mejor tierra que yo.

 

Buenos Aires, tierra mía,

donde viven mis afanes,

donde lloran bandoneones

al compás de los gotanes.

 

Por criollita y maleva

me llaman en la Argentina,

entre los reyes del tango,

“La paica de Puente Alsina”.

 

Allí los hombres son hombres

y son así las mujeres,

por un cariño matamos

sin mezquinarle al dolor.

 

Somos las criollas,

somos las criollas muy fieles

nos llaman nuestros gaviones

agua y peces del amor.

 

Buenos Aires, tierra mía,

donde viven mis afanes,

donde lloran bandoneones

al compás de los gotanes.

 

Nunca jamás te he olvidado

porque  te quiero

mi Buenos Aires, querido,

por estar lejos me muero.

 

El, que había nacido en otra tierra, vuelca en los versos, que pone en boca de “La paica de Puente Alsina”, el amor a esta que lo cobijo y que dio en llamar “Tierra mía”.

 

Miguel Oses 

 

Nació en 1884 y falleció en 1928, hijo de vascos, fue poeta, autor teatral, crítico y periodista, su fama como autor proviene de un clásico de los tangos “A la gran muñeca”, con música del español Jesús Ventura, compositor y director musical de obras teatrales del género chico.

 

El tango “A la gran muñeca” prácticamente no ha sido cantado, no obstante, los discos, en su mayoría instrumentales expresan en sus etiquetas el nombre del autor.

 

Oses, cuya gran vocación fue el teatro, fue el creador de la revista musical “A la gran muñeca” que fue estrenada en el teatro Buenos Aires, en la misma fue estrenado el tango en la voz de Manolita Poli.

 

 Esta exquisita cantante también tuvo el privilegio de interpretar el tango “Mi noche triste”, en la obra “Los dientes del perro” en 1918, dando el espaldarazo del teatro al tango de Pascual Contursi , la interpretación del mismo en la voz de Carlos Gardel, había dado nacimiento al tango canción en 1917.

 

La letra de “A la gran muñeca” apta para el público femenino, le quito campo de difusión y luego de muchos años Carlos Di Sarli le devolvió la fama lograda.

 

A la gran muñeca

Tango 1920

Música: Jesús Ventura

Letra: Miguel Osés

Yo te he visto pasar por la acera

con un gesto de desolación

y al cruzar no miraste siquiera,

que entendía tu desilusión.

Te ha dejado, lo sé, la malvada

y al calor de otros ojos se va;

ya lo ves cómo no queda nada

de ese amor que matándote está.

 

Volvé, jamás otras manos

cual las de tu mujercita

harán por la tardecita

los mates que cebo yo.

Que en su espuma te contaba

que además de su dulzura

allí estaba la ternura

de aquella que lo cebó.

 

Y por mucho que te quieran

siempre serán artificios,

nadie hará los sacrificios

que hizo por vos tu mujer.

En mis noches de vigilia

acongojada no duermo

sabiendo que estás enfermo

sin poderte socorrer.

 

Allá en la noche callada

te veo triste y burlado

por aquella que ha llevado

mi vida y mi corazón.

Volvé que aquí has de olvidarla,

mi pecho siempre te espera,

ya sabrá tu compañera

 

cicatrizar tu pasión.

Luis Bayon Herrera

 

Luis Bayon Herrera nació el 23 de setiembre de 1889 en Bilbao, España y falleció el 31 de marzo de 1956, siendo muy joven se traslado a Buenos Aires, lo atrapo la literatura, la poesía y el teatro, escribió en varias publicaciones y, definitivamente se dedico al teatro. Su obra “Como se olvida” de 1907, fue estrenada por Pablo Podestá en 1913, posteriormente su obra “Santos Vega” fue también estrenada por Pablo Podestá, la misma fue presentada también por la compañía de Elías Alippi.

 

Desde 1916 hasta 1935 hizo el libreto y la dirección de más de 200 obras en Buenos Aires, en algunos casos compartió con Manuel Romero e Ivo Pelay.

 

Entre su prolífica actividad se estaco como director cinematográfico, actividad que realizo casi ininterrumpidamente hasta 1951, también hizo el libreto de algunas operas estrenadas en el Teatro Colon.

 

Respecto a su aporte al tango, de su autoría fueron los famosos: “El taita del arrabal” y “Un tropezón”, los cuales fueron grabados por Carlos Gardel.

 

El Taita del Arrabal

Tango 1922

Música: José Padilla

Letra: Manuel Romero / Luis Bayón Herrera

Era un malevo buen mozo

de melena recortada;

las minas le cortejaban

pero él las trataba mal.

Era altivo y le llamaban

el Taita del Arrabal.

 

Pero un día la milonga

lo arrastró para perderlo:

usó corbatita y cuello,

se emborrachó con pernot,

y hasta el tango arrabalero

a la francesa bailó.

 

La linda vida antigua

por otra abandonó

y cuando acordarse quiso

perdido se encontró.

 

Pobre Taita, muchas noches,

bien dopado de morfina,

atorraba en una esquina

campaniao por un botón.

 

Y el que antes daba envidia

ahora daba compasión.

 

Hasta que al salir de un baile,

después de una champagnada,

la mujer que acompañaba

con un taura se encontró.

Relucieron los bufosos

y el pobre Taita cayó.

 

Y así, una noche oscura,

tuvo un triste final

aquel a quien le llamaban

el Taita del Arrabal.

 

Un tropezón

 

Julio Sosa, el varón del tango, ha realizado una recordada grabación de este tango

Tango 1927

Música: Raúl De los Hoyos

Letra: Luis Bayón Herrera

¡Por favor, lárgueme agente!

No me haga pasar vergüenza.

Yo soy un hombre decente,

se lo puedo garantir.

He tenido un mal momento

al toparme a esa malvada,

mas no pienso hacerle nada,

¡Para qué! Ya se ha muerto para mí.

 

Un tropezón

cualquiera da en la vida,

y el corazón

aprende así a vivir.

 

D'entre su barro la saqué un día

y con amor la quise hasta mi altar.

Pero bien dicen que la cabra al monte tira

y una vez más razón tuvo el refrán.

Fui un gran otario para esos vivos,

pobres donjuanes de cabaret,

fui un gran otario porque la quise

como ellos nunca podrán querer.

 

Lléveme nomás agente,

es mejor que no me largue.

No quiera Dios que me amargue

recordando su traición.

Y olvidándome de todo

a mi corazón me entregue

y al volverla a ver me ciegue,

y ahí nomás...

¡Lléveme, será mejor!

 

Agustín Irusta

 

Fue un cantor de tangos y valses, actor, letrista y compositor nació en Rosario, provincia de Santa Fe el 28 de agosto de 1903

 

Desde muy joven ya cantaba. En 1921 forma parte de la compañía de teatro Muiño-Alippi, en la misma conoció a Roberto Fugazot.

 

En 1928, Irusta y Fugazot fueron contratados para actuar en París a pedido de Francisco Canaro; allí compartieron con el pianista Lucio Demare, que tocaba en la orquesta de Juan Canaro.  Conformaron a partir de ese momento el trío Irusta-Fugazot-Demare, debutando en Madrid con notable éxito, y posteriormente en Barcelona.

 

Tuvo también gran participación como actor teatral, fue uno de los mejores cantantes de tango. Realizo una gira por países latinoamericanos regresando a Buenos aires, donde grabó para los sellos Odeón y RCA Víctor y cantó en la comedia musical “Mal de amores” acompañado por Francisco Canaro. También participo en varias películas argentinas y compuso los tangos “Dos vidas” y “A cara o cruz”, entre otros.

 

Falleció en Caracas, Venezuela, el 25 de abril de 1987 donde se encontraba radicado

 

El diario El Nacional, de Caracas, expuso en la nota necrológica: “Actor, trovador, bohemio y sobre todo cantante; hasta hace cuatro meses todavía daba giras por el interior y se presentaba en la peña tanguera de esta capital, con 83 años y una gran vitalidad que solo el cáncer pudo acabar. Vasco duro, si los ha habido, conservó hasta la vejez cierto aire muchachil que constituía uno de los rasgos más atrayentes de su persona”.

 

Abel Mariano Aznar 

 

Nació en Argentina el 26 de junio de 1913 y falleció el 5 de marzo de 1983, fue poeta y músico; de su inspiración nacieron una importante cantidad de tangos, los que fueron difundidos por las más famosas orquestas. Conformo una dupla con Luciano Leocata, bandoneonista en el aporte musical.

 

No obstante, la insistencia de su padre, ejecutante de guitarra y bandoneón, originario de Aragón, para que siguiera una carrera de ingeniero, se tomo el tiempo para estudiar violín y continuar con su pasión de poeta.

 

Su primer tango fue estrenado por Nelly Omar el 26 de junio de 1936, pocos días después del fallecimiento de su padre, a quien no llego a mostrarle el resultado de una vocación seria en su vida.

 

Sus tangos cobraron emoción en la vos de famosos cantantes: Roberto Chanel, Alfredo Belusi, Jorge Maciel, Alberto Moran y otros.

 

Entre su vasta producción tanguera se pueden mencionar: “El ultimo guapo”, “Jamás lo vas a saber”, “Lo que vos te mereces”, “Sueño Malevo”, “Y no le erre”, “Y todavía te quiero”.

 

Y todavía te quiero

Tango

Música: Luciano Leocata

Letra: Abel Aznar

Cada vez que te tengo en mis brazos,

que miro tus ojos, que escucho tu voz,

y que pienso en mi vida en pedazos

el pago de todo lo que hago por vos,

me pregunto: ¿ por qué no termino

con tanta amargura, con tanto dolor?...

Si a tu lado no tengo destino...

¿Por qué no me arranco del pecho este amor?

 

¿Por qué...

si mentís una vez,

si mentís otra vez

y volvés a mentir?...

 

¿Por qué...

yo te vuelvo a abrazar,

yo te vuelvo a besar

aunque me hagas sufrir?

 

Yo sé

que es tu amor una herida,

que es la cruz de mi vida,

y mi perdición...

 

¿Por qué

me atormento por vos

y mi angustia por vos

es peor cada vez?...

 

¿Y por qué,

con el alma en pedazos,

me abrazo a tus brazos,

si no me querés?

 

Yo no puedo vivir como vivo...

Lo sé, lo comprendo con toda razón,

si a tu lado tan sólo recibo

la amarga caricia de tu compasión...

 

Sin embargo... ¿Por qué yo no grito

que es toda mentira, mentira tu amor

y por qué de tu amor necesito,

si en él sólo encuentro martirio y dolor?

 

De este emblemático tango de Leocata y Aznar existen destacadas grabaciones: Héctor Varela y su orquesta con la voz de Rodolfo Lesica y la de Osvaldo Pugliese con su cantor Jorge Maciel.

 

Héctor Insua  

 

Nació en Argentina el 23 de febrero de 1923 y falleció el 22 de octubre de 1972, sus padres Sara Insua y Julián Arrambide, ambos de ascendencia vasca, se destaco como cantor de tangos con una voz potente y expresiva.

 

Sus comienzos fueron dedicados a la interpretación de música nativa y a comienzos de los años 40 se volcó a la interpretación de tangos, ya en 1945 fue incorporado a la orquesta de Horacio Salgan, posteriormente se integro a la orquesta de Astor Piazzolla.

 

Con la orquesta de Juan Canaro inicio una época trascendente habiéndose presentado en Japón, prácticamente en todas sus ciudades.

 

Durante la década del 60 como solista actuó en Centroamérica, posteriormente en México donde residió varios años, retornando a las actuaciones en Argentina en 1971.

 

Roberto Goyeneche

 

Roberto Emilio Goyeneche nació en Buenos Aires el 29 de enero de 1926 y falleció el 27 de agosto de 1994, descendiente de vascos, excelente cantor de tangos, conocido como “El polaco”, asimismo ejecutante de guitarra, su calidad interpretativa y su modo de frasear lo destacaron haciendo de él uno de los más destacados vocalistas de tango.

 

Desde joven su presencia en los cafés y los cabarets le permitió incorporar la fuerza de la música popular porteña, en 1944 logro el espaldarazo en un certamen de voces nuevas, posteriormente se incorpora a la orquesta de Raúl Kaplun, no obstante, continuo con su actividad, quedando en el recuerdo el haber sido chofer de colectivo.

 

En 1952 se incorpora a la orquesta de Horacio Salgan, en ese momento fue bautizado como “El polaco” por ser flaco, de pelo largo y rubio.

 

En 1956 se incorpora a la orquesta de Aníbal Troilo, también tuvo actividad como solista, incursiono en un repertorio amplio y variado, famosos tangos fueron grabados por El Polaco, incluso en 1987 participo en la película Sur, dirigida por Pino Solanas.

 

En su momento fue considerado el mayor cantor de tangos.

 

Un cantor como Roberto Goyeneche merecía un homenaje donde quedaran plasmadas sus virtudes, sus sentires, sus emociones y este llego en la letra de “Garganta con arena” que Cacho Castaña desgrano con la emoción de cantarle a un grande.

 

Garganta con arena

Tango 1993

Letra y Música: Cacho Castaña

Ya ves, el día no amanece,

Polaco Goyeneche, cantame un tango más.

Ya ves, la noche se hace larga,

tu vida tiene un carma, cantar, siempre cantar.

 

Tu voz que al tango lo emociona

diciendo el punto y coma que nadie le cantó.

Tu voz de duendes y fantasmas,

respira en el asma de un viejo bandoneón.

 

Canta garganta con arena,

tu voz tiene la pena que Malena no cantó.

Canta, que Juárez te condena

al lastimar tu pena con su blanco bandoneón.

Canta, la gente está aplaudiendo,

y aunque te estés muriendo no conocen tu dolor.

Canta que Troilo desde el cielo,

debajo de tu almohada un verso te dejó.

 

Cantor de un tango algo insolente,

hiciste que a la gente le duela tu dolor.

Cantor de un tango equilibrista,

más que cantor artista, con vicios de cantor.

 

Ya ves, a mí y a Buenos Aires

nos falta siempre el aire cuando no está tu voz.

A vos, que tanto me enseñaste

el día que cantaste conmigo una canción.

 

Lo expuesto no agota el aporte de los vascos al tango, una investigación más exhaustiva con seguridad que irá incorporando más participaciones que enriquecerán esta presencia cultural, no obstante lo desarrollado se ha considerado suficiente para cumplir el objetivo propuesto

 

Y algo más…

 

Y como cierre de este trabajo, un pequeño comentario tratando de incursionar en algunas cuestiones que le han asignado al vasco un estereotipo que, en nuestro país, lo muestra como tal.

 

Siempre ha sido muy común identificarlo desde lo laboral con ser el “vasco lechero”, en realidad este tipo generalización tanto para el vasco como para otros inmigrantes, dista de ser en muchos casos una realidad.

 

La mayoría de estas identificaciones provienen de la tradición oral, los recuerdos y elementos todos subjetivos, en general carecen de rigor científico, probablemente en determinados pueblos o lugares los oficios se distribuyeron de una forma y en otros de distinta manera.

 

Los inmigrantes, de acuerdo al lugar donde se instalaron optaron por actividades urbanas y otros rurales, en el caso de los vascos se destacaba su gran capacidad de trabajo y su fortaleza física, lo cual obviamente los hacía aptos para tareas rurales rudas como pocero, alambrador, tambero. El lechero era una actividad que mostraba más al trabajador, circulaba por los pueblos, con elementos que se destacaban y tal vez su boina y otras prendas hayan hecho que se identificara la actividad con el vasco.

 

Si, fue cierto hubo muchos vascos lecheros y muchos en otras actividades urbanas y rurales y con el tiempo se formaron profesionales, empresarios etc.

 

Y en lo deportivo jugando a la pelota paleta….

 

El juego de pelota vasca tradicionalmente se ha practicado en el País Vasco y llego a algunos países americanos en que los inmigrantes vascos motivaron su práctica, tales como Argentina, México, Estados Unidos, Chile, Perú, Cuba, Uruguay y Venezuela.

 

 Al deportista que practica el deporte se lo denomina "pelotari".  El juego se practica con dos jugadores o dos equipos que tiran una pelota contra un muro llamado "frontis”.

 

A la modalidad de mano en argentina se le incorporo la paleta, dando la denominación al juego de pelota paleta y obviamente siempre se lo ha identificado con los vascos.

 

Pero hay un elemento que en todas partes es vasco y es la boina, hoy excede su uso solo por los vascos, en nuestro país es el aporte que  estos dejaron a nuestra tradición.

 

La boina se la define como una gorra sin visera, redonda y achatada, de lana y de una sola pieza, la parte que la circunda es doblada hacia adentro y lleva en la parte exterior en el centro un rabito, no obstante dentro de su simplicidad ha definido la identidad de un pueblo.

 

Los orígenes de la boina son bastante discutidos, aunque siempre tuvo que ver con los campesinos; durante las denominadas guerras carlistas la prenda se popularizo en todo el país de los vascos.

 

La mayor expansión se logro cuando su producción se industrializa, abaratando su costo, desplazando otros elementos y le concedió un carácter más proletario.

 

En nuestro país y desde la visión campera es digna de mencionar una hermosa poesía atribuida a Carlos Gaffoglio “El cimarrón” donde enaltece este elemento con los versos justos que se merece:

 

LA BOINA 'E VASCO

 

En pocas palabras quiero

contarles como al descuido

algo que está en el olvido

de muchos versos camperos,

opino que es lo primero

que un hombre va a acariciar

cuando se dentra a pasar

la mano por la cabeza,

le da una tibia pureza

“la boina ‘e vasco” al rozar.

 

Con el tambero ella espera

madrugadas de rocío,

se calienta en el vacío

de alguna vaca lechera,

pa’ largar una carrera

como bandera se usó

y si algún criollo encontró

huevos de tero fresquitos

en la boina y al tranquito

pa’l rancho se los llevó.

Porque es prenda muy barata

se acomoda donde quiera

y la usas de agarradera

cuando hirve la pava ‘e lata;

su presencia es siempre grata,

no molesta en ningún lau

y hasta en el mismo poblau

la veo lucirse orgullosa

sobre el pelo de una moza

o algún viejito acriollau.

 

La boina no se acompleja

por la forma que le diera,

si hay sol le encajás visera,

si hay viento, hasta las orejas;

ella comparte tus quejas,

sufre con tus desconsuelos,

por áhi la tirás al suelo

descargando un malestar

y a veces pa’ festejar

feliz, la tirás pa’l cielo.

 

La “conserva” es colorada

y blanca la “radical”,

la negra es primordial

que a todo criollo le agrada;

pienso que nadie ni nada

puede olvidar tu pasao

y hoy contento he comprobau

con alegría y anhelo

que una gris con mucho vuelo

se está ganando al mercau.

 

Si le prestás atención

a su vida cotidiana

verás que la boina hermana

nuestra gaucha tradición;

se encuentra en cualquier reunión,

le calma el nervio al cristiano

cuando a veces el paisano

le habla de amor a una china

buscando palabra fina

la hace jugar en sus manos.

 

Si un día queda en la huella

y ya no puedas usarla

la que venga a reemplazarla

va a ser eficaz como ella;

los años no le hacen mella

pero le abrirán la herida,

si le das la despedida

sin tenerle compasión,

tirándola en un rincón

por vieja y por desteñida.

 

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Miguel Ángel Viciconte   vicimigue@hotmail.com  

 

Bibliografía consultada:

  • GARCIA JIMENEZ, Francisco - Así nacieron los tangos –Ed. Corregidor
  • GARCIA BLAYA, Ricardo – Miguel Oses
  • BUGSTALLER, Carlos Hugo -  María La Vasca- Casimiro Ain
  • www.todotango.com.ar
  • BEÑAT, Mikel – Casimiro Ain
  • BERAMENDI, Jorge -  Luis Bayon Herrera
  • ABALSAMO, Ernesto J. – Crónicas de tango
  • MACIAS, Olga – La boina y los vascos
  • IRIANI, Marcelino – Trabajadores vascos en el recuerdo popular rioplatense

 

Fuente: http://haciaeltango.blogspot.com/2012/11/losvascos-su-aporte-al-tango-y-algo-mas.html  

 


EL TANGO Y EL EJÉRCITO

 

          En los comienzos del siglo XX, muchos músicos se inspiraron en el ejército y brindaron su homenaje a hechos del pasado que marcaron nuestra historia, a sus protagonistas o, simplemente, a las anécdotas de la vida militar o a sus amistades.

 

 

          De las tantas partituras consultadas, privilegiamos las más antiguas, las anteriores a los años 20. Sin seguir un orden cronológico, citamos primero lo temas dedicados a los tres enfrentamientos del General San Martín en Chile, en su recorrido libertario.

 

 

          “Chacabuco”, tango de Carlos Hernani Macchi, dedicado «Al distinguido Dr. Gowland» y llevado al disco por el Cuarteto del Centenario. El autor, violinista y flautista, integró el cuarteto La Armonía junto al Negro Thompson (guitarra), Manuel Firpo (bandoneón) y José Bonano (violín). También estuvo en los conjuntos de Juan Maglio y de Domingo Santa Cruz. Fue gran amigo de Eduardo Arolas y, entre su obra podemos mencionar: “Sarita”, “El reservado” y “Herminia”. Falleció el 13 de julio de 1929. Este título hace referencia a la batalla librada el 12 de febrero de 1817, en la cuesta andina de ese nombre, donde San Martín derrotó a los españoles, conducidos por el General Maroto. Los estrategas la han considerado, para su tiempo, un modelo del arte militar.

 

 

          “Cancha Rayada”, tango de Alejandro Rolla. «Dedicado a los Sres. Luis A. Terragno y Ricardo B. Bergallo». El autor, fallecido el 6 de abril de 1925, fue violinista en la década del 10. Escribió un método de estudio primario de bandoneón, fue maestro de numerosos violinistas y compuso mucha obra, destacamos: “Bicarbonato”, “Bocanegra”, “De mi cosecha”, “El barquinazo”, “En punta” y “Plata vieja”. A veces usaba el seudónimo Paul Frederik. El tango evoca la derrota ante los realistas, conducidos por el General Ordóñez, cerca de la ciudad de Talca.

          “Maipo”, tango de Eduardo Arolas, registrado por muchos intérpretes, data de 1918, al cumplirse el centenario de la batalla. Un crítico musical dijo: «Notas que erizan la piel. Melodía estremecedora. Dolor con orgullo». El combate fue muy sangriento,

 

          “Dos en línea”, tango de Pedro Sofía (1890-1976). «A mis camaradas los conscriptos del 90 del Regimiento 2 de infantería de línea». Lo grabó el Cuarteto del Centenario. Este compositor, dedicado a la música de cámara, también hizo tangos: “Bordoneando”, “Echale arroz a ese guiso”, “El archivista”, “El cabo Fels”. Tuvo un conservatorio, fundó la biblioteca Esnaola y, durante 30 años, fue director de la Asociación Argentina de Música de Cámara.

 

          “Cabo Cuarto”, tango de Alfredo Bevilacqua. «Dedicado al Teniente Coronel de la Nación Domingo Cedeyra». La expresión alude al suboficial encargado de conducir al personal de guardia.

 

          “El lampazo”, tango de Hermes Peressini. «Dedicado al teniente Juan Fernández Otaño». Es el mismo autor de “Chela” y “Violetita”.

 

          “El recluta”, tango de Arturo De Bassi. «A mis amigos Menéndez y Arturo Astudillo».

 

          “El clarín”, tango de Carlos Nasca, El Gaucho Relámpago. «Dedicado al Teniente Coronel Fermín Barrera Pizarro». También compuso “¡Atención!”, «Dedicado al Sr. D. Martín».

 

          “Conscriptos”, tango del pianista Pancho Nicolín. «Dedicado a los Señores Jorge Durán, Miguel Suárez, Virgilio Poggi y Raúl Quiroga». No hay otros datos destacables, salvo otro título, el tango “Tocalo más fuerte”.

 

 

          “Derecho al Cuatro”, tango de Juan A. Buratore. «Dedicado a mis amigos Antonio Bozzolla y Rodolfo Parodi (hijo)». Al autor, no lo conocemos.

 

          “Diana”, tango de R. Mazzeo. «Dedicado al amigo Pedro Estillo». Tampoco hay datos del autor. Podría tratarse de Alfredo Mazzeo, quien fue violinista de Juan D'Arienzo y compositor de “Lamento”, “Los 33 orientales” (homónimo del de Eduardo Pereyra que luego se convertiría en “La uruguayita Lucía”), y “La muchacha del tango”, con letra de Luis Rubistein, entre otros. Falleció el 3 de agosto de 1954.

 

 

 

 

          “R. 4 (Regimiento 4)”, tango de Eusebio Giorno, de 1913. «Dedicado a jefes y oficiales del R.4 de infantería». El autor figura entre los socios de SADAIC, en los años 40.

 

          “El artillero”, de Eduardo y Juan José Villegas. «Dedicado a la clase 1895 de la R. P. Montada». Llevado al disco por el Cuarteto del Centenario. Sólo Juan José figura en SADAIC, en 1941.

 

          “Centinela alerta [b]”, tango de Arnaldo Barsanti (1889-1971). Fue director, compositor y autor teatral. Dirigió el Quinteto Polito en la grabación del tango “Chupadedo”. Admiraba la música clásica, varias de sus composiciones llevan títulos de óperas: Otello, Rigoletto, La traviata, Il Trovatore y de obras nacionales, es el caso de Las de Barranco. También hizo “Anastasio el Pollo”. Fue cónsul en Alemania, antes de la segunda guerra mundial.

 

          “Epopeyas (1810-1910)”, tango de V. V. Guridi. Sin más datos.

 

          “6ta.del R2”, este es el título primitivo del clásico tango “Inspiración”, de Peregrino Paulos. «Dedicado a la sexta compañía del regimiento 2 de infantería». El título se lo sugirió su hermano, el pianista Niels Paulos (luego Nelson Jorge), en homenaje a sus compañeros del servicio militar. El tango fue conocido, en 1918, por la orquesta de Augusto Berto. Cuando lo graba Roberto Firpo, en 1922, ya tiene su título definitivo. No conocemos la partitura original. Tuvo numerosas versiones y fue Luis Rubistein quien le puso una letra que nada tiene que ver con la intención inicial. El primer cantor que lo grabó fue Agustín Magaldi. Paulos falleció el 21 de noviembre de 1921.

 

          “Granaderos argentinos”, lancero, de Miguel Sciutti. Desconocemos otra información.

 

          “En la línea de fuego”, de Alberto Rodríguez. «A mi querido amigo Hernando Sañudo». El autor nació en Tacuarembó, Uruguay, era bandoneonista y está considerado el maestro de Minotto Di Cicco. Vivió muchos años en Avellaneda. Integró las primeras formaciones de Osvaldo Fresedo, quien le registró once temas, entre los años 1925 y 1933. Entre ellos: “Acuarelas”, “Flores [b]”, “Del pasado[b]”, “Percantina” y “Tus ojos”.

 

          “Sargento Cabral”, tango de Manuel Campoamor. «Dedicado al distinguido señor Leopoldo Corretjer». Grabado por el Cuarteto del Centenario. Se trata de un homenaje al sargento correntino Juan Bautista Cabral, que el 3 de febrero de 1813, en el combate de San Lorenzo y, a costa de su vida, salvó al General San Martín que había quedado atrapado bajo su caballo.

 

 

          “Curupaytí”, tango de Augusto Berto. «Dedicado a mis amigos Luis Teisseire, José Fuster y Espinosa Nava». Era una localidad de la República del Paraguay, ubicada en la confluencia de los ríos Paraguay y Paraná. Allí, el 22 de septiembre de 1866, las fuerzas de la Triple Alianza al mando del General Mitre, con 20.000 hombres, atacaron a los paraguayos al mando del General José Eduardo Díaz, quien rechazó el ataque. Hubo 5.000 bajas.

 

          “Reconquista”, tango de Alfredo Bevilacqua. «Dedicado al escribano Esteban Benza». Lo grabó el Cuarteto del Centenario. Buenos Aires sufrió la primera invasión inglesa el 27 de junio de 1806. Comandaba las tropas el Brigadier William Carr Beresford. Luego de dos semanas, cuando la ciudad ya estaba a punto de ser sometida, la resistencia criolla, bajo el mando de Santiago de Liniers, un francés al servicio de la corona española, logró reconquistarla. Los ingleses se rindieron el 12 de agosto.

 

          “Tacuarí”, de Juan Maglio Pacho, fue grabado por el autor y, también, por el Cuarteto del Centenario. Evoca la heroica batalla del 19 de marzo de 1811, en Paraguay, donde el General Manuel Belgrano con un puñado de hombres y una gran astucia, logra hacer retroceder a 2.000 soldados del enemigo, para luego pactar con el comandante español una retirada digna, con intercambio de prisioneros.

 

Fuente: http://www.todotango.com/historias/cronica/228/El-tango-y-el-ejercito/


MÚSICA EN VIVO EN LAS MILONGAS

La milonga, el espacio donde bailamos los tangueros, en general no está diseñada para que toquen músicos. Prueba de ello es, que nunca hay equipos de sonido y tienen que alquilarlos cada vez que toca alguien.

 

Se ha perdido la tradición de los músicos en vivo en las milongas.

 

También es muy poco común ver un piano en ellas. Y cuando pienso en esto, me da mucha tristeza ya que, si se lo piensa bien, a diferencia del huevo y la gallina, sabemos que primero fue el tango como música, luego los bailarines, para nacer más tarde, las milongas.

 

Creo yo que al perderse la tradición de que haya siempre músicos en vivo tocando es mucho más difícil l que el tango crezca en esencia. Quiero decir que puede llegar a crecer en popularidad y aumentar como fenómeno económico y turístico, pero figuras como Arolas, De Caro, Canaro, Di Sarli, Demare, Gardel, Caló, Salgán, Troilo, Pugliese; surgieron, crecieron y existieron porque había una demanda, una necesidad, un contexto, una corriente y un gusto por la música en vivo, la gente los iba a escuchar, las radios los hacían sonar, la gente los quería bailar, los boliches y discográficas los querían contratar y hasta los cafetines podían tener músicos en vivo; el tango se respiraba vivo, real, actual, fresco, tangible y lleno de futuro; y no como un recuerdo recuperado del cual se ve cuanto jugo se puede sacar.

Hoy que el tango resurgió, podemos ver que evoluciona como negocio, pero algo muy, muy curioso es que se ha perdido la tradición de los músicos en vivo en las milongas y por otro lado, hoy el Gobierno de la Ciudad, atenta contra los pocos lugares que tratan de sobrevivir con música en vivo.

Se ha perdido la tradición de los músicos en vivo en las milongas. Estas cosas que antes eran habituales, sugieren hoy, una preparación, análisis y enormes obstáculos a zanjar, que no debieran de existir, si realmente queremos que el género crezca sano y naturalmente. A veces me pregunto si sirve de algo que el tango se haya proclamado “Patrimonio de la Humanidad” (Recordar las Clausuras al Bar El Faro, Sanata Bar y en estos días al Café Vinilo -¡entre muchos!-). Entonces el objetivo de esta nota podría llegar a ser crear conciencia de que el nacimiento, el resurgimiento y la vida misma del tango, como movimiento cultural (música, poesía, baile y fileteado) tienen como madre y padre a la música y los músicos, y si no, díganme porqué en todos lados, revistas, televisión, posters, afiches, stencils , remeras y más, los íconos indiscutibles del tango siguen siendo los músicos (piensen en Gardel, Pichuco, Pugliese, Piazzola) -y no los bailarines-.

Sin embargo, hoy en día, los organizadores de milongas muy rara vez ofrecen mostrar música en vivo, y cuando esto ocurre y toca alguien en vivo, a veces las milongas aumentan entre un 20 y 30 por ciento el precio de su entrada, haciendo que mucha gente que va solo a bailar o que no le guste la orquesta o con problemas económicos, se enoje por pagar de más. Creo que las milongas deberían tener subvención o buscar la manera de que nunca se cobre más por tener música en vivo.

Y que los músicos pudieran tocar en bares, centros culturales, y todo espacio popular. También hay que señalar que difícilmente los organizadores pueden darse el lujo de la música en vivo, ya que el Gobierno de la Ciudad persigue a los músicos, organizadores y al arte en vivo en general, poniendo trabas burocráticas y económicas increíbles para el desarrollo de los espectáculos, y salones bailables con música en vivo:

Habilitaciones complejísimas y costosísimas que necesitan estudios de impacto ambiental, estudios de “área de protección histórica”, nichos hidrantes, seguridad, bomberos, pintura ignifuga por todos lados, planos de incendio (además de los costos de pagos a SADAIC) y un sinfín de cosas que terminan haciendo que solo los “grandes empresarios”, puedan disponer de espacios “legalmente habilitados”.

Logrando que los espacios populares y under (que son los que más desarrollan el tango y cualquier arte libre) dejen de existir, y por ende, la saludable evolución de la música termina siendo machacada y disminuida, por utilizar al tango como comercio y no como identidad a cuidar y fomentar.

Obviamente creo que habilitaciones y controles de seguridad son Necesarios, pero parece que a partir de la TERRIBLE NEGLIGENCIA de CROMAÑÓN, todo control es tan prohibitivo, casi represor y que no deja posibilidades de mantener lugares culturales que no estén dentro del circuito COMERCIAL. Ya contando con esos controles brutales; a partir de la caída del Techo del gimnasio y el derrumbe del entrepiso del boliche de Palermo -ambos habilitados- los controles e inspecciones han pasado a algo histérico, sin razón, y que claramente no buscan la seguridad, sino dar una imagen de que tienen todo bajo la lupa y en control, dejando una sensación real de persecución, y de que se busca prohibir en vez de cuidar.

Todo esto está instalando (sea o no intencional) un miedo hacia los que queremos difundir el arte y la cultura. Una anécdota: Hace varios meses, estábamos nueve personas al finalizar una clase de tango en una sala de ensayo del centro y uno de los alumnos, guitarrista, nos propone tocar algunos temas para que bailemos con su música. Al terminar ese pequeño, íntimo y hermoso recital, la dueña del lugar nos informa que nunca más podremos hacer eso, ya que tiene miedo de que le clausuren el lugar y que la denuncien los vecinos por tener música en vivo. Esto no me lo contó nadie, esto me ocurrió luego de dictar una clase.

Entonces..

·        ¿qué tipo de suelo le estamos poniendo al tango para que baile en nuestros corazones?

·        ¿Qué espacio tiene hoy el músico y el tango para crecer y para que en el futuro un pibe pueda ser un Pichuco o un Piazzolla?

·        ¿Y para que nosotros podamos escuchar y bailar esa maravilla?

Con toda certeza, ese piso no es de roble de Eslavonia; mas bien arrima a adoquines con textura de cemento y lleno de miguelitos cada dos pasos.

Esto me hace recordar y pensar: Recordar una frase de Onetti que nombra Galeano: “Mirá pibe. Si Beethoven hubiera nacido en Tacuarembó, habría llegado a ser director de la banda del pueblo”.

Y pensar: Pensar por ejemplo en Carlitos Gardel; en qué pasaría si él viviera hoy teniendo 40 pirulos. Creo que si así fuera y si de Macri dependiera, nuestro Zorzal, en vez de brillar en el bar de Roberto, estaría cantando en Zunga para el programa de Tinelli y con Moria Casán de juez.

Pensemos por favor, qué estamos haciendo con la Cultura y lo que estamos permitiendo que suceda con ella, el tango es solo una de las partes afectadas, pero es un muy buen ejemplo ya que se supone que es parte de nuestra identidad, que nos enriquece espiritualmente y culturalmente -además de económicamente-.

Atajemos el problema a tiempo, antes de que las milongas sean todas como Señor Tango. Y los músicos terminen en “Bailando por un mango”.

(O yéndose del país, como muchos.) Quisiera contarles que esta nota, trataba originalmente de la tradición de la música en vivo, y su estado actual, con consejos a los músicos, los organizadores de milongas y público tanguero; en cuanto al funcionamiento de la música con milongueros bailando.

Pero justamente en el transcurso de la escritura, me fueron llegando mails, mensajes y noticias de varias clausuras, que me hicieron pensar que esta situación es urgente y que mi nota carecía de sentido si no quedan espacios con música en vivo.

Así que si la cultura sobrevive, prometo pronto hablarles de lo que me quedó en el tintero.

Manuel Emiliano González

www.elamague.blogspot.com

 

Y una vez mas, agradezco la colaboración y consejos de Alejo de los Reyes, excelente músico y guitarrista.

http://corralesdemiserere.com.ar/

 Fuente: Revista Punto Tango No 48, octubre 2010.



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